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Historia de un realfooder
4 minutos
n croissant, un batido de chocolate o un helado en verano,
era una merienda cotidiana en la vida de Eduardo Herrera. Ahora, esta alimentación poco sana y abundante en ultraprocesados ha sido sustituida por fruta o pan de centeno con aguacate. ¿Por qué? Conoció el movimiento Realfood a través de la cuenta de Instagram de Carlos Ríos, creador del movimiento: “Llevaba una vida poco sana y decidí darle un cambio. Creo que era el momento, y me parecía lógico este método. A pesar de que existen otros más conocidos, los veo más comerciales y no me terminaban de convencer”.
El Realfooding es un estilo de vida que busca dejar a un lado los ultraprocesados, y apuesta por una alimentación sana. Carlos Ríos, nutricionista y dietista por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, impulsó este movimiento y ha conseguido que parte de la población se conciencie y busque un cambio en su estilo de vida. El propósito con el que empezó fue el de luchar contra las empresas que apuestan por la comercialización de los ultraprocesados como su producto principal, sin tener en cuenta los efectos nocivos en la salud de la población.
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Eduardo Herrera, estudiante de segundo de periodismo en la Facultad de Comunicación de Málaga, comenzó el movimiento el 23 de junio de 2018, y, desde entonces, ha conseguido adelgazar 62 kg: “La verdad es que me siento mucho mejor conmigo mismo, mejor de salud. El movimiento Realfood es espectacular. La alimentación es fundamental en nuestras vidas, aunque hay que hacer una actividad física para acompañarlo”.
Eduardo Herrera. A la derecha con 137,4 kg y a la izquierda, con 75,2 kg
El cambio físico de Herrera
Alba Moyano, nutricionista, considera que “el realfooding tiene más ventajas de las que la gente se piensa”.
La razón principal por la que Eduardo Herrera se adentró en el movimiento fue la salud: “Es algo que tenemos muy olvidado y que tenemos que tener siempre en mente como pilar fundamental de nuestras vidas. Obviamente, el físico importa, y más aun en la sociedad en la que vivimos, pero al final lo que más prima en mí es la salud, a largo plazo siempre debe ser eso”.
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El alimento que más le gusta y le costó dejar fue el chocolate: “Es muy típico, pero es la realidad. El chocolate es lo que más me gusta junto con toda la bollería industrial. Estas empresas adaptan esos productos a nuestro paladar, y, a través de la publicidad, fomentan ese tipo de alimentos malos conocidos como ultraprocesados. Por ejemplo, algunas cadenas de comida rápida ponen juguetes a sus menús, zonas de juego… y eso engancha, además de que los productos de esas empresas ya son adictivos de por sí. Seamos honestos, los sabores están muy buenos, pero claro, ¿hasta qué punto son sanos?”.
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El problema de la alimentación es educacional y, por tanto, complicado de cambiar de un día para otro: “Desde pequeños nos han inculcado que comer así es lo correcto”, añade Herrera. Lo más duro de seguir el movimiento es practicarlo desde fuera de casa: “Es más duro cuando sales con tus amigos de fiesta y por ejemplo, no te pides una copa, te ven como un bicho raro. Si sales a cenar y te pides una ensalada, te miran mal, y si no tienes fortaleza mental para seguir con tu objetivo es probable que vuelvas a recaer”. En esos momentos es cuando tienes que replantearte si este es el camino que quieres seguir.
Algunas cadenas de comida rápida ponen juguetes a sus menús, zonas de juego... y eso engancha, además de que los productos de esas empresas son adictivos de por sí
En la actualidad Eduardo Herrera aprovecha las mañanas del domingo para planificar su dieta realfood de la semana. Admite que su comida favorita, y aunque “suene muy típico”, es el pescado al horno con verduras: “Realmente si te gusta algo, te iba a gustar igual antes que ahora. El problema es que nos autoengañamos diciendo que no nos apetece, con el propósito de consolarnos diciendo ‘como esto porque me gusta’. Lo que pasa es que cuando eres consciente, optas por unos productos más sanos. Ahora, por ejemplo, como más fruta y verdura, que siempre me ha gustado, pero lo fácil es ir a la tienda y por un euro quitarle el plástico al producto y comértelo”.
Además, Herrera recomienda buscar consejo de un nutricionista o un psicólogo para cambiar los hábitos alimenticios: “Cuando me interesé por el tema, me informé a través de gente especializada, antes que recurrir a páginas web que no tienen ninguna credibilidad”.
Aun así, desde fuera, hay gente que lo puede ver como un movimiento radical, opinión que Eduardo Herrera no comparte.
Eduardo Herrera se une al estilo realfood
Eduardo Herrera, realfooder / Inma Ortega y Rodrigo Pedrosa